Jueves, 25 de abril de 2024
 
De Salvaterra a Soure y tiro porque me toca
 
Cuaderno de bitácora marajoara
 

Un pequeño cambio de planes nos ha traído hasta Salvaterra y Soure con antelación. En un principio teníamos previsto venir para acá justo antes de volar hacia España pero tras hablar con Wilma, la responsables de la ONG en Belém, y enterarnos de que iban a estar durante el fin de semana realizando talleres formación en Soure, decidimos anticipar nuestra visita a este “otro marajó”. Y es que realmente esto es otro Marajó completamente distinto al que, hasta ahora, habíamos conocido. No sé si habrán estado por aquí los señores de Meliá u otra cadena hotelera pero esto es uno de los lugares más paradisíacos que hemos conocido. Ana sigue empeñándose en sacar parecidos con Cádiz pero me da a mí que hay una ligera diferencia…

En Salvaterra nos aguardaba Walven, que nos esperaba con los brazos abiertos, especialmente porque desde hacía unos 20 días estaba él solito, ya que los otros dos miembros de la comunidad, Antonio Molina y Edison, estaban fuera. Así que haber podido estar estos días en Salvaterra ha sido toda una alegría para él y para nosotros.

Durante estos días Walven se convirtió en nuestro papá, llevándonos de la manita a todos los lugares, casi, casi arropándonos y dándonos el besito de buenas noches… Muchas gracias, amigo, hermano, por estos días de convivencia fraterna.

Uno de los mayores atractivos de Salvaterra, además de sus impresionantes playas y “fazendas”, rodeadas de naturaleza en estado puro, es el minizoológico que nuestro compatriota Antonio Molina tiene montado por aquí: pollos, patos, pavos, cerdos, perros… una pequeña arca de Noé, y cada “bicho” con su nombre personalizado: impresionante.

Además de los inolvidables momentos de playa, las visitas en todoterreno por paradisíacos lugares, tuvimos la oportunidad de visitar el “cuartel general” de la Prelatura de Marajó. De nuevo, una acogida por todo lo alto, en especial la del obispo Mons. José Luis Azcona, que nos acompañó personalmente en una completa visita a todas las instalaciones. Dicen los que viven por aquí que, debido a sus múltiples compromisos, al obispo es difícil verlo en su sede de Soure, pero cuando está allí se desvive con todos los que allí llegan, y nosotros tuvimos la oportunidad de comprobarlo.

Y ya puestos, aprovechamos la jugada al máximo: nos hicimos decenas de fotos con él, con la catedral, con las cocineras, con los sacerdotes diocesanos, con las cerámicas marajoaras… no faltó una entrevista al obispo para un documental que estamos preparando, fotos, más fotos, vídeos y más vídeos… Y con la tontería van como unas 10.000 fotos, lo cual supone más de 20 Gb de los que hemos hecho unas 8 copias de seguridad (por aquello de ser precavidos)… a lo que hay que sumar más de 12 horas de vídeo en formato HDV, lo que viene a ser vídeo de alta calidad. Así que tendremos que ir haciendo una colecta para comprar un disco duro de 4 ó 5 Tb… Se aceptan donativos desde ya :-(

En estos momentos estamos en un bonito barco rumbo a Belém. Isa y Emilio García están “de cháchara” (miedo me da saber el tema); Ana está pegándose una siesta de altura en uno de los cómodos asientos del barquito; el gran Emilio Puertas disfruta de una partidita al Pro Evolution Soccer 6 en la PSP; y el frei se encuentra en una posición inverosímil, entre dos asientos, con el portátil en las rodillas y el iPod a toda pastilla. Cualquiera que nos vea a saber lo que piensa de estos urbanitas metidos a robinsones de los mares del sur.

El barquito en cuestión que nos lleva hasta Belém está teniendo un movimiento semejante al del barco pirata del parque de atracciones. Hoy Emilio Puertas tiene mejor cara que en el viaje de ida. Y es que lo del señor Puertas son las experiencias extremas: ya tuvo un momento de gloria con la red y ahora era el turno de probar la capacidad de su estomaguito. La cosa es que todos estábamos llenos de júbilo al no haber tenido apenas contratiempos “estomacales”. Pero ¡oh cosas de la vida! justo en la madrugada del día en que veníamos a Salvaterra… llegó el momento: 3, 4, 5, 6, 7 y hasta 8 visitas al baño por barba… caras de haberse encontrado de frente a la vicepresidenta del gobierno sin maquillar… descomposición física total… y, a pesar de ello, por nuestras narices, a Salvaterra que nos vinimos. Y… como las imprudencias suelen pagarse, por mucho espíritu aventurero que uno tenga, ahí teníais que haber visto al señor Puertas en “modo aspersor”, casi arrancando la barandilla del barco y con grave riesgo para la integridad de los pasajeros del piso inferior. En fin, todo un momento de gloria que ahora queda reducido a una gran carcajada.

En el puerto de Belém nos espera Walmir, que está siendo nuestro guía turístico por la ciudad, además de nuestro compañero de juergas. Hoy no hay muchas ganas de fiesta, que en Salvaterra y Soure ya tuvimos buena dosis para unos cuantos días. Toca tarde tranquilita, sopita y a la cama. Mañana y pasado… jornada de compras. Peligro, mucho peligro tiene lo de salir con dos compradoras impulsivas como Ana e Isa. Los “varones” somos mayoría pero cuando hay tiendas de por medio la sección femenina se radicaliza y toman el mando. Hemos sobrevivido a mil aventuras durante todas estas semanas por aquí pero ¿superaremos la dura prueba de dos días de compras en Belém con Isa y Ana?


 Puedes disfrutar de todos los "capítulos" de esta "aventura" en el "Cuaderno de bitácora marajoara", dentro de la sección de noticias de Brasil.