El pasado miércoles, cuando el día ya iba en caída sobre el mar, en Velilla, Granada, España unos 70 jóvenes procedentes de Granada, Guadalajara, Motril, Madrid y Sevilla se congregaron para celebrar el misterio pascual de Cristo. El día jueves estuvo dedicado a meditar sobre el Sacerdocio y el Servicio en el marco del amor fraterno, tal como lo marca la liturgia de este día. El tema vocacional en la vida cristiana fue motivo de meditación, de charla y de compartir. Con la celebración de la cena del Señor, se comenzó también la vigilia entorno al gran regalo dado por Dios en Jueves Santo: la Eucaristía. Esta vigilia se extendió hasta la mañana del día siguiente, donde frente al Santísimo cada uno pudo exponer su vida comenzando un camino de intimidad con Dios. El viernes, día de Pasión, tuvo a la cruz de Jesús como protagonista. Las meditaciones sobre la muerte y cómo cargar la cruz fueron los disparadores de las diferentes reflexiones. Sobre las 15 hs la celebración litúrgica marcó el punto de partida del resto de la jornada, la cual fue completada por el rezo del vía crucis y un momento especial de adoración a la Cruz, donde al igual que Jesús se invitaba a cargarla, como única manera de vivir la salvación y la vida nueva que trae Jesús. El día sábado estuvo dedicado a ir, en un trabajo personal de desierto, preparando la resurrección del Señor. Por la mañana el tema de la esperanza marcó las meditaciones y por la tarde, Biblia en mano, nos hemos dedicado a escuchar al Señor que desde el sepulcro seguía hablándonos de vida. Todo esto fue preparación para la solemne vigilia Pascual, la madre de todas las vigilias, fue una celebración en la que fuimos dejándonos guiar por la liturgia y nos llevó a una exultante resurrección del Señor. Después de todo lo vivido en esa noche en que la vida triunfa sobre la muerte, el día domingo de pascua recogimos todo lo vivido y escuchando la llamada de Jesús, volvimos a la Galilea de nuestras vidas para de ahí partir a expandir su mensaje a toda la creación. Fueron días de gracias y de profunda oración, en la que el Señor tocó visiblemente el corazón de aquellos que participaron, fueron días llenos de Dios, de comunidad y de una vuelta al interior de cada uno de nosotros donde estaba ya el Maestro esperándonos para decirnos que Estaba Vivo y que por Él por su vida nosotros también. |