Viernes, 29 de marzo de 2024
 
7 de mayo: Beata María de San José Alvarado, virgen
 
Memoria litúrgica de la Orden
 

[texto del propio de la Orden, para la Liturgia Eucarística y la Liturgia de las Horas]

Datos biografía

María de San José es la primera beata nacida en Venezuela. Nació en Choroní ‑estado de Aragua, en Venezuela‑ el 25 de abril de 1875 y murió en Maracay, el 2 de abril 1967. Desde pequeña manifestó una gran sensibilidad por los enfermos y necesitados, sensibilidad que se manifestaría, más tarde, trabajando como voluntaria en un hospital fundado en 1893 por el sacerdote Vicente López Aveledo. De su grupo de voluntarias, surgiría con el tiempo la congregación de Hermanas de los pobres de San Agustín. María y sus primeras compañeras hicieron su profesión religiosa el 22 de enero de 1902.

La canonización de santa Rita de Casia en 1900, fue causa determinante para que el grupo adoptara la Regla de san Agustín y vistiera el hábito de terciarias agustinas. Posteriormente se llamarían “Hermanas Hospitalarias Agustinas del Corazón Eucarístico de Jesús” y, a partir de 1952, “Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús”. Su carisma es ayudar a la infancia abandonada y a los ancianos pobres. La Congregación había nacido en Maracay el día 22 de enero de 1902.

María de San José fue una mujer inteligente, de voluntad enérgica, fuerte temperamento y sólida contextura interior que contrastaba con una salud física delicada.

El centro de su vida espiritual fue la eucaristía. En ella ‑escribe uno de sus biógrafos‑ “encontraba vivo y presente al Señor crucificado por amor”. En sus apuntes espirituales decía: “En la Eucaristía está mi tesoro y en ella está mi corazón”.

A partir de 1906 comienza la beata María de San José su camino hacia la muerte de la mano de distintas enfermedades que van haciendo mella en su cuerpo. Murió en el Hogar Inmaculada Concepción, en Maracay, el 2 de abril de 1967, a la edad de 92 años. Su cuerpo fue sepultado bajo una blanca lápida de mármol que decía: “La Eucaristía fue el centro de su vida. Bebió en la misma fuente la santidad que transmitió a sus hijas. Su palabra suave y delicada llevó consuelo y paz a los hombres. Su vida fue un servicio. Su mensaje-testamento: Unidos en Cristo por una sincera caridad”.

A la hora de su muerte en 1967 el balance de sus fundaciones era: catorce hospitales de caridad; dos antituberculosos, un leprosorio, dos albergues para mendigos, once centros socio-educativos, dos casas maternas y una escuela nocturna para la promoción de la mujer.

El 7 de mayo de 1995 fue beatificada por el Papa, san Juan Pablo II, en la Plaza de San Pedro de Roma. Su proceso de canonización ya se ha entregado en la Congregación de las Causas de los Santos.