Viernes, 19 de abril de 2024
 
4 de septiembre: Nuestra Señora, MADRE DE LA CONSOLACIÓN y Correa, patrona de la Orden
 
Solemnidad de la Orden
 

[texto del propio de la Orden, para la Liturgia Eucarística y la Liturgia de las Horas, y Lectio divina]

Datos sobre esta advocación Mariana

La Bienaventurada Virgen María es honrada como Madre de Consolación, porque a través de ella “Dios mandó al mundo al Consolador”, Cristo Jesús. La participación en los dolores del pasión de su Hijo y en las alegría de su resurrección la ponen en condición de consolar a sus hijos en cualquier aflicción en que se encuentren. En unión con los Apóstoles imploró con ardor y esperó con confianza al Espíritu Consolador. Ahora, elevada al cielo, “brilla ante el pueblo peregrino de Dios como signo de segura esperanza y consolación” (LG 69).

Al menos desde el siglo XVII, “Madre de Consolación” o “Madre de la Correa” es el título principal con que la Orden agustiniana honra a la Virgen. En 1439 obtuvo la facultad de erigir para los laicos la “cofradía de la cintura”. Una antigua leyenda, nacida en el seno de la Orden, narraba que la Virgen se había aparecido a santa Mónica, afligida por la suerte de Agustín, consolándola y dándole una correa, la misma con que después se habrían de ceñir Agustín y sus frailes.

De ordinario, la iconografía representa a la Virgen y al Niño en el acto de entregar sendas correas, respectivamente, a santa Mónica y a san Agustín. En 1495 surgió en la iglesia agustiniana de Bolonia la cofradía de “Santa María de la Consolación”. En 1575 ambas cofradías se fusionaron en una única archicofradía de la Correa, a la que los papas enriquecieron con abundancia de indulgencias.

La protección de la Madre de la Consolación nos dará serenidad y consuelo en las pruebas para poder también nosotros consolar a nuestros hermanos.