Miércoles, 24 de abril de 2024
 
12 de junio: San Juan de Sahagún, presbítero
 
Memoria obligatoria litúrgica de la Orden
 

[texto del propio de la Orden, para la Liturgia Eucarística y la Liturgia de las Horas]

Datos biografía

Sahagún de Campos es una villa de la provincia de León, en España. Tierra austera, herida por el sol, obligado camino de peregrinos hacia Santiago de Compostela. Fue centro de la influencia cluniacense en España, con jurisdicción sobre casi un centenar de monasterios, conventos e iglesias. Aquí nació Juan el año 1430 ó el 1431 y recibió la primera educación de los monjes benedictinos que tenían entonces un monasterio en Sahagún. Hijo de una familia distinguida, un tío suyo le ofreció un beneficio eclesiástico en la curia episcopal de Burgos. Lo rechazó y entró al servicio de Alonso de Cartagena, obispo de Burgos, que le ordenó sacerdote.

Se trasladó a Salamanca, cuando tenía treinta y tres años, para dedicarse al estudio. El convento de San Agustín lucía entonces en la capital charra como un foco de sabiduría y de santidad. Allí vistió el hábito Juan de Sahagún, el 18 de junio de 1463.

Amaba el estudio, sobre todo el de la Sagrada Escritura. La libertad evangélica de su predicación le acarreó la persecución por la verdad y la justicia. Por su palabra mansa y enérgica a la vez, se dice de él que “arrullaba y tronaba a la vez”.

Su mediación hizo posible un pacto de perpetua concordia entre dos bandos guerreros –los Manzano y los Monroy– que eran bandera de discordia y división en la ciudad de Salamanca. Cuando asistían al culto litúrgico los nobles y las autoridades civiles, no dudaba en denunciar el mal gobierno y las injusticias cometidas por los nobles y los poderosos.

Junto con santa Teresa de Jesús, comparte el patronazgo de Salamanca y se le conoce como ángel de la paz. La eucaristía fue la fuente de su fuerza y de su valor. Por eso la iconografía siempre le presenta con algún símbolo eucarístico en la mano.

Fray Juan murió en el convento de San Agustín el 11 de junio de 1479, a los cuarenta y nueve años. Probablemente, su muerte fue fruto de un envenenamiento, “dándole en su comer con que muriese”.

"Después de la muerte de este Santo religioso excede de doscientos el número de los milagros que fueron vistos ante su sepulcro", dice el Beato Alonso de Orozco, testigo de algunos. Fue beatificado en 1601 por Clemente VIII y canonizado el 15 de julio de 1691 por Inocencio XII.